Tú solo decidirás cuándo y cómo entrenar a tu piloto, equipar tu coche, contratar a profesionales, proporcionar locales y, sobre todo, ocuparte de todo para que tu escudería consiga el máximo de reputación.
Lo único que tienes que saber es que tu piloto posee una acción al día con la que puede entrenarse, hacer pruebas, participar en una carrera, reparar su coche, curarse, etc. Al principio se aconseja guardar esta acción para participar en una carrera. Más tarde, te rodearás de profesionales especialistas para realizar todas tus acciones en vez de tu piloto, que podrá dedicarse a la competición.